miércoles, 3 de mayo de 2017

LECTURA Y ESCRITURA DE LA MÚSICA EN EL CONTEXTO DE LA ESCUELA PRIMARIA

LECTURA Y ESCRITURA DE LA MÚSICA EN EL CONTEXTO DE LA ESCUELA PRIMARIA


Hemos visto que la grafía musical adquiere una gran complejidad debido a la cantidad de variables que se dan al mismo tiempo y que hay que tener presentes para la correcta lectura, o para realizar una escritura simultánea a la audición (dictado). Si a ello añadimos la gran diferencia en cuanto a las horas que se dedican a la lectoescritura del lenguaje oral y las que se dedican a la del lenguaje musical, veremos que es una tarea difícil lograr un nivel de dominio aceptable en los alumnos de Primaria.

Ayats (2000) considera que el aprendizaje de la lectura y la escritura musical no debe nunca convertirse en un objetivo en el ámbito escolar, sin dejar de valorar el interés y la eficacia que puede llegar a tener en dicho contexto. Apunta que, si bien es cierto que el aprendizaje de estas habilidades ayuda a adquirir disciplina, control, lógica y capacidad de abstracción, la música en la etapa escolar ha de estar planteada, sobre todo, en forma de contacto directo y vivo, a través del canto. Estoy de acuerdo en que un exceso de teoría y de ejercitación de la lectura y escritura en el aula de música puede provocar rechazo hacia la música, debido a su dificultad y a la falta de tiempo para lograr un dominio que compense la aridez del aprendizaje. Pero, como siempre, la virtud está en conseguir un equilibrio y en no pretender unos resultados equiparables a los de los alumnos que asisten a clases en escuelas de Música, con una dedicación más intensa. Hay que proporcionar unos conocimientos básicos sobre la grafía musical, en la línea de la alfabetización musical, pero sin pretender un dominio ni una profundización imposible y exenta de sentido. No hay que olvidar que la práctica de la lectura y escritura musical desarrolla habilidades cognitivas efectivas en distintas áreas del conocimiento. Cualquier avance en el dominio de la lectura musical comporta un avance en otras áreas.

El aspecto de la lectura y escritura, por ser el más teórico, es el que requiere de una mayor elaboración metodológica a fin de no caer en el error de explicar “teoría de la música”. Para ello podemos usar juegos, como el dominó de equivalencia de figuras, cartas rítmicas, programas informáticos destinados al reconocimiento de ritmos y sonidos, etc.
 Lo verdaderamente importante, desde el punto de vista musical, es sensibilizar a los alumnos, darles herramientas básicas y provocar en ellos la curiosidad y el interés que les permita seguir formándose a través de actividades extraescolares.


 Evitaremos las clases basadas exclusivamente en la elaboración de “fichas”, en las que el alumno se limita a escribir sobre el papel ritmos, notas, divisorias, compases o frases que no sabe cómo suenan. Tampoco invertiremos la hora semanal de música en hacerles pintar un dibujo de un instrumento, por ejemplo, lo cual es una actividad propia de la clase de plástica y no de la de música. Igualmente, no les explicaremos conceptos teóricos sobre el papel sin que haya una previa práctica activa y participativa, por parte de los alumnos, de los conocimientos teóricos que queremos transmitirles. La música debe primero “hacerse” y sólo luego, escribirse.

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